domingo, 20 de septiembre de 2009

Aquì es cuando todo empieza

Hace poco más de dos horas acaba de concluir el encuentro SPORTING CRISTAL - A. Lima, y una vez más salimos del estadio o apagamos el televisor sin una sonrisa en nuestros labios. Con rencores y fastidios, pero esta vez no hacia un equipo que, salvo excepciones, dejó la piel en el campo y no mereció irse con sólo un punto de nuestro "escenario local", sino con los jueces que finalmente se convirtieron en verdugos parcializados.

Nos robaron 3 veces en la semana: Nos robaron nuestro derecho a jugar de local donde siempre jugamos de local, nos robaron a nuestro mejor jugador, capitán y soporte moral de este barco celeste que no demora en hundirse; y nos robaron el triunfo, luego de una posición adelantada no cobrada en el minuto 93.

Y nos seguirán robando, porque perdimos la clase dirigencial con la partida de Don Pepe Vergara, el sentimiento puro hacia los colores con la salida de Doña Catalina Bentín, y poco a poco perdimos la identidad dejando de lado de forma humillante a nuestros referentes de épocas gloriosas (Uribe, Garay, Balerio, Soto, Bonnet).

Desde aquél 1997 tengo una pregunta: ¿En què momento se jodiò Cristal? Una pregunta a la que le podemos encontrar mil respuestas, quizàs todas sean válidas. Pero tengo otra pregunta algo más frontal: ¿Quién salvará al Cristal?. Tenía fé en la dirigencia. La perdí. A ellos no les interesa. La corporación Backus, manejada por una transnacional, convirtió a nuestro club en Sociedad Anónima para ordenar gastos y ajustar presupuestos mediocres año a año, a fín de que sea más factible patrocinar a otros clubes. Y en la directiva trabaja gente asalariada de Backus, que ocupa cargos importantes en las distintas empresas de la cervecería, y que hacen quedar su labor en el club como poco menos que una serie de actividades recreativas.

Por eso creo que ELLOS no salvarán el club, a menos que se lo den a otros, y que esos otros sí tengan intenciones de sacar al Cristal de la mediocridad en que se encuentra. Por mientras, creo que no debemos esperar. Si queremos que Cristal se salve, no nos preguntemos quién lo hará. Hagámoslo nosotros, sus hinchas, su pueblo. Encontremos el cómo. El cómo despertar a esa corporación que trata al club como la última rueda del coche, el cómo hacernos sentir locales vayamos donde vayamos. El cómo hacer que un peruano vuelva a recibir de gente de afuera un "Ah, sos del Sporting?" cuando empiezan a hablar de fútbol.

SALVEMOS A CRISTAL, porque los que manejan el club han demostrado no tener intenciones de hacerlo.

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